Treinta días han pasado desde que las instalaciones del Instituto Normal para Señoritas Centroamérica (Inca) fueron tomadas por estudiantes que se oponen a la propuesta de la Mesa Técnica de Formación Inicial Docente de modificar la carrera magisterial. A la fecha, 18 normales de todo el país se encuentran tomadas.
En el recorrido efectuado por las instalaciones del Inca se pudo comprobar que el inmueble cuenta con los servicios de agua y luz propios del lugar y, según indicaron los estudiantes, gracias a “donaciones” de profesores, alumnos y padres de familia tienen un presupuesto de Q10 mil semanales para los gastos de alimentación.
Tal financiamiento ha provocado sospechas en el Gobierno, pues ayer, durante su gira por Quetzaltenango, el presidente Otto Pérez Molina expresó desconfiar del origen de los recursos para mantener los planteles ocupados. “Tenemos dudas de dónde están llegando los fondos, quiénes les están dando de comer, quiénes los están abasteciendo”, manifestó el mandatario.
Los estudiantes afirman que esos donativos no son uniformes en todos los planteles, pues los institutos Rafael Aqueche y Central para Varones no cuentan con esos recursos.
Los ocupantes del Inca tienen colchonetas y sacos de dormir, calientan la comida —por lo general panes con salchicha— en un horno microondas y utilizan toneles para almacenar agua para bañarse. También se observó a acompañantes de otros planteles, como el Central para Varones.
Además, se habilitaron aulas para realizar asambleas y otras como comedores y dormitorios.
EFECTOS COLATERALES
Respecto de los mil 800 niños de las escuelas de aplicación del Inca y del Instituto Belén que reciben clases en el suelo una vez por semana en otras instalaciones, según estableció Prensa Libre, como consecuencia de la ocupación, los inconformes afirman que están conscientes de su situación.
“Se toman las escuelas de aplicación porque son anexas”, justificó Sandy Alvisúrez, una de las dirigentes.
Los estudiantes afirmaron que esta semana presentarán una contrapropuesta que plantea que se estudien tres años de magisterio y tres de universidad para especializarse en un área docente, pero con la posibilidad de que los egresados de las normales puedan ejercer.
Otra opción sería cuatro años de magisterio, el último cubierto con una beca del Estado, más tres años en la universidad para obtener una licenciatura.
DESAFÍO
Los dirigentes estudiantiles del Inca y de Belén coinciden en que permanecerán en las instalaciones.
Kendra Avilés, representante de Belén, indicó que esperan que no ocurran acciones violentas, pero que tampoco “se van a dejar”.
En Xela, la ministra de Educación, Cynthia del Águila, descartó de momento el uso de fuerza pública para efectuar desalojos.
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