lunes, 3 de marzo de 2014

La era WIFI

La era WiFi

Las conexiones inalámbricas de internet llegan a
los parques y espacios públicos del país.

Lejos han quedado aquellos años en los que las
conexiones a internet eran mediante una línea
telefónica fija. Estas hacían un característico y
espantoso ruido. El sistema, además, era
lentísimo, pero para ese entonces era una
novedad y hasta un lujo que pocos se podían
permitir. Era la década de 1990. Dominaban las
PC. Pocos imaginarían que tan solo a principios
del siglo XXI habría un mundo nuevo, con
laptops —de hech
o, estas ya se venden menos—,
tablets y teléfonos inteligentes en los que se
podría, desde cualquier punto, navegar por
internet.
"Para entonces quizás éramos más humanos",
dice Carla Ortiz, psicóloga social. En esa última
década del siglo pasado era impensable que los
teléfonos celulares se masificaran. La gente aún
caminaba con la vista al frente. Conducía con
más atención. Compartía más con los amigos y
familiares. Hoy el mundo está prendido de una
pequeña pantalla , chateando, viendo videos en
YouTube, escribiendo en Twitter un escueto
comentario acompañado de una foto retocada en
Instagram o dándole "me gusta" a un comentario,
muchas veces sin sentido, en Facebook. Y todo
esto gracias al WiFi, un mecanismo de conexión
inalámbrico de dispositivos electrónicos.
Nueva era
WiFi (Wireless Fidelity o Fidelidad sin Cables) es
la tecnología inalámbrica que técnicamente se
conoce como 802.11. Se emplea con más
frecuencia para conectar dispositivos portátiles a
internet desde un punto de acceso llamado
hotspot. La emisión y recepción de datos se hace
a través de radiofrecuencia, por lo que nadie ve,
oye o siente la transmisión. Así, pues, ¡ciao,
alambre telefónico estridente!
Esta es una marca de Wi-Fi Alliance, un grupo de
empresas que en 1999 se reunieron con el
objetivo de buscar la compatibilidad de las
conexiones inalámbricas entre aparatos
electrónicos. Ahora este es el sistema de
conexión más popular del mundo. Está en las
firmas comerciales, edificios públicos,
instituciones educativas y hogares, entre otros
tantos sitios. "Hoy es posible navegar por internet
desde cualquier sitio, por aire, mar y tierra",
expresa el técnico informático Samuel Hernández.
Así que aquella noticia de Nokia, que en el 2007
informaba sobre sus celulares "capaces de sacar
fotos y colgarlas al instante en Flickr y acceder a
la cuenta de correo electrónico", parece hasta
risible, porque ahora es un hecho que todo móvil
inteligente tiene, al menos, esos servicios. La nota
hasta remataba: "Quizás en un futuro cercano
veremos cámaras y televisores con WiFi". Por
supuesto, desde hace unos tres años los hay.
El auge de la conexión inalámbrica recién ha
llegado a los parques y al transporte público de
Guatemala, algo que en países desarrollados ya
no es novedad.
Expansión
De acuerdo con la Asociación Nacional de
Municipalidades (Anam), en el país alrededor de
50 comunas brindan WiFi de acceso libre o
proyectan implementarlo. Este tipo de conexiones
existen en algunos parques de Guatemala, así
como en Patzún, Chimaltenango; Antigua
Guatemala, Sacatepéquez; Zacapa y Pachalum,
Quiché, entre otros. "Los estudiantes son los
principales favorecidos", asegura Gerson López,
secretario ejecutivo de la Anam. "En ciertos
casos, la cobertura se extiende a mercados
cantonales, como algunos de Suchitepéquez, lo
cual ha sido de utilidad para los comerciantes
locales", agrega.
Las universidades se han unido a esta tendencia,
entre ellas la de San Carlos, que cuenta con
internet inalámbrico desde septiembre del 2009.
El WiFi también se ha extendido a las unidades
del Transmetro, en la capital. Carlos Sandoval,
vocero de la Municipalidad de Guatemala, indica
que recientemente adquirieron otros 46 buses
articulados, con capacidad para 240 pasajeros;
todos con equipo para que los usuarios puedan
conectarse a internet. "Se ha terminado la fase de
pruebas, las cuales fueron positivas; el servicio se
restablecerá cuanto antes", afirma. "La señal era
tan buena que algunas personas nos reportaron
que se podían conectar con sus teléfonos cuando
iban cerca de uno de los buses", enfatiza.
Pese a los avances tecnológicos, cierto sector
poblacional se expresa con cautela: "En los
parques puede que haya vigilancia con cámaras o
con policías, pero, ¿y afuera de ellos?", se
pregunta Miguel Dávila, vecino de Villa Nueva.
"Aquí la gente no viene con una tablet o una
computadora portátil. ¿Para qué? Si a la vuelta
se la roban", se queja.
De hecho, en un recorrido efectuado por los
parques de Mixco y San José Villa Nueva, donde
hay servicio de WiFi libre, no se observó a nadie
con ese tipo de dispositivos. "A lo sumo lo hacen
jóvenes, con su teléfono celular", añade Dávila.
María Zaghi, encargada de Desarrollo de
Negocios de la Asociación Tec Guatemala, opina
que es vital desarrollar ese tipo de proyectos.
"Las ciudades digitales son impulsadas desde la
Agenda Digital Guatemala 2013. No hacerlo sería
estancarse", comenta. Eso es un hecho: e n el
mundo existen alrededor de 821 millones de
usuarios de WiFi, que representan
aproximadamente al 40 por ciento de usuarios de
internet en el mundo. Para el 2017 se proyecta
que sean tres mil 346 millones —para entonces
habrá cinco mil 800 millones de personas con
acceso a internet—. En los próximos cuatro años,
además, ocho de cada 10 usuarios móviles
navegarán en puntos WiFi públicos, según cifras
de Gowex, una de las firmas líderes en el mundo
en la creación de ciudades inteligentes.
Esa empresa prevé hacer de Nueva York la
megaurbe del mundo con conexión a WiFi gratis,
por el despliegue de más de mil 950 Smart WiFi
Zones (zonas de WiFi inteligentes) distribuidos
por toda la ciudad y, de esa forma, brindar
acceso a internet a sus 200 millones de
habitantes y a más de 50 millones de turistas que
llegan cada año.
"Con la invasión de las tablets , usuarios,
empresas e instituciones comprueban cada día
que la demanda de una estructura inalámbrica en
la calle es más necesaria que nunca. La
saturación de la red 3G, que no fue desarrollada
primigeniamente para soportar los volúmenes de
datos actuales y futuros, así como la lenta
adopción de nuevas tecnologías como el 4G o
LTE, ha hecho que el mercado busque su propio
camino. Por eso el desarrollo de ciudades WiFi
es, ahora mismo, la solución ", expresa Jenaro
García, CEO de Gowex, contactado por correo
electrónico.
En Guatemala la Ley de Telecomunicaciones
autoriza los sistemas WiFi en ambientes públicos,
siempre y cuando se instalen sin fines de lucro.
Oportunidad de negocio
¿Qué hace toda esa gente que camina "con los
ojos pegados" a la pantalla de un celular
conectado a WiFi? Eso, claro, tiene respuesta:
casi todos lo hacen para el "ocio virtual". Según
un estudio global de Gowex, el contenido más
consultado son las redes sociales, con el 62 por
ciento —la mayoría lo hace en Facebook,
YouTube y Twitter—. Un 12 por ciento lo emplea
para hacer búsquedas en Google, e igual
porcentaje para revisar el correo electrónico
basado en la web. Otro 5 por ciento ingresa a
iTunes y el resto ejecuta otras actividades
virtuales.
¿Quiénes son los usuarios más frecuentes?
Jóvenes de entre 19 y 34 años (57.2 por ciento).
Este estadillo ha hecho, por ejemplo, que muchos
viajeros —el 86 por ciento— consideren al WiFi
como el servicio clave al momento de elegir
alojamiento, por delante de desayuno incluido o
espacio para parqueo. Incluso, ahora varias
compañías aéreas ofrecen servicio de internet en
sus aviones, entre ellas Air France, Lufthansa,
Emirates y Ryanair, con el sistema Fly-by-wire.
Algunas empresas que cubren viajes terrestres
por Centroamérica incluyen WiFi en sus
autobuses.
"Este es un servicio que genera fidelidad en la
gente", asegura Alberto Sazo, experto en
mercadeo. Los datos reflejan esa tendencia: el 96
por ciento de los consumidores prefieren tiendas
que ofrecen WiFi gratuito, y por ello se hacen más
asiduos a esos sitios. De esa cuenta, incluso en
Guatemala, más restaurantes y cafés brindan el
acceso, al grado de que, según parece, almuerzo
y café, más WiFi, es el combo perfecto.
¿Mucho WiFi?
Estar conectado por mucho tiempo, aseguran los
expertos, es contraproducente. "Internet puede
llegar a ser absorbente. Hay gente que, al estar
fuera de la red, observa todo gris y aburrido",
advierte la psicóloga Regina Fernández.
Para esos casos, el libro The Digital Diet ( La dieta
digital , Three Rivers Press, 2011), recomienda
"desintoxicarse" del mundo virtual. Sugiere una
regla, casi un mantra, bastante interesante: "Vivo
en el mundo real: la pantalla no debe ser mi única
conexión social. Tengo que elegir entre personas
y aparatos. No tengo miedo a estar
desconectado. Confío en mis instintos: si creo
que pierdo tiempo en internet, seguramente es
verdad. No usaré el teléfono cuando estoy
cenando".
Esa obsesión, incluso, ha sido detectada por
hoteles. Los Marriot del Caribe y México abrieron
recientemente zonas tech free para sus clientes.
En esos espacios nadie está autorizado a ingresar
con un aparato electrónico, pues "las vacaciones
están para descansar".
En esa corriente está Camp Grounded, un
campamento libre de internet localizado a dos
horas y media de San Francisco, EE. UU. Sus
promotores dicen que ese sitio trata de
desconectar a la gente para reconectarla con la
vida real. "Aquí se viene a mirar las estrellas, a
andar por la montaña y a practicar el tiro con
arco", refieren.
Aparte del agobio mental, el WiFi podría
ocasionar otros daños a la salud. Algunos
estudios aseguran que las radiaciones producidas
por las antenas y los celulares son perjudiciales.
La exposición continua a las señales emitidas por
la red inalámbrica, según asociaciones, "puede
ocasionar estrés, dolor de cabeza, insomnio, falta
de concentración, pérdida de memoria, náuseas y
taquicardia". Algunos médicos también lo



consideran una causa de cáncer.
Científicos del Instituto de Física Aplicada, de
España, afirman que el tipo de ondas que emiten
los dispositivos WiFi no son ionizantes; es decir
que no producen efectos inmediatos ni dañinos.
Para ello citan un informe del Comité Científico
sobre Tecnologías Emergentes y Nuevas, una
investigación para la Comisión Europea. El debate
está abierto.
Equilibrio
El WiFi ha facilitado la comunicación mundial. La
información fluye. Se sabe lo que sucede en el
mundo, desde las contrataciones que se efectúan
en el futbol europeo hasta del nacimiento de la
hija de Kim Kardashian. También lo que hacen
nuestros amigos. Asimismo, sirve de
entretención. Pero mucho WiFi también
desconecta de la realidad. Quizás sea mejor, por
las noches, recostarse en la grama y ver las
estrellas, la luna... Es probable que se goce de la
inmensidad del cielo. Y de seguro dará más
felicidad disfrutar de la compañía de los
familiares y amigos y no verlos a través de
vacuas fotos en Facebook.
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RECOMENDACIÓN
Los especialistas en informática recomiendan que
al estar conectados a una red WiFi pública, no se
debe ingresar a sitios con información personal
sensible -bancos, por ejemplo- pues se corre
peligro de que terceras personas obtengan
contraseñas.

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