miércoles, 30 de diciembre de 2015

LA RESPUESTA CORRECTA (reflexión)

La respuesta correcta
Eran las primeras horas del amanecer cuando GANDHI y un
compañero atravesaron las puertas de una gran ciudad… con el propósito de compartir sus enseñanzas con sus habitantes.
Casi inmediatamente, un seguidor del Mahatma que vivía en la ciudad, se acercó con ojos saltones y le dijo apresuradamente: “Maestro. Vas a perder el tiempo y tus energías. Las gentes de aquí son duras de corazón y se resisten al cambio. Y a escuchar las palabras de la verdad. Son estúpidos e ignorantes y no tienen el menor deseo de aprender nada. No desperdicies tu talento con ellos.”
Gandhi sonrió y le respondió: “No me cabe la menor duda de que estás en lo cierto.”
Unos minutos más tarde otro partidario de Gandhi se acercó calmadamente y le saludó: “Señor, todos los habitantes de esta afortunada ciudad te dan la más calurosa de las bienvenidas. La gente aguarda con expectación las perlas de sabiduría que se desprenderán de tus labios. Están ansiosos por aprender y ávidos de servirte. Sus corazones y sus almas están abiertos de par en par hacia ti.”
Gandhi sonrió y respondió: “No me cabe la menor duda de que estás en lo cierto.”
Su compañero se volvió hacia él con asombro y le dijo: “Maestro, ¿cómo es posible que puedas estar de acuerdo con los dos hombres cuando sus afirmaciones son diametralmente opuestas? El sol y la luna nunca serán lo mismo… y el día no puede ser la noche.”
Gandhi también le sonrió a su amigo y le dijo: “No me cabe la menor duda de que estás en lo cierto. Y considera igualmente que los dos hombres dijeron la verdad de acuerdo con sus propias convicciones .
El primero, lamentablemente espera ver lo malo… y es lo que ve.
El segundo, ve únicamente lo bueno… y eso es lo que percibe. Ambos ven el mundo tal y como esperan percibirlo. ¿Cómo puedes decir que la percepción de uno o de otro es errónea, cuando la humanidad entera percibe el mundo tal y como elige percibirlo? Ninguno de los dos dijo nada que no fuera cierto; tan sólo era un tanto incompleto…”
La Moraleja es que vemos el mundo a través de nuestros propios “lentes especiales.” Y hacemos lo mismo con nuestras vidas. Si pensamos que no hay nada que podamos hacer para mejorar nuestra situación, esa creencia nos limita, nos paraliza. Pero si en cambio pensamos que hay alguna forma de mejorarla, entonces buscamos hasta encontrar la solución .

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