martes, 10 de junio de 2014

que es.lo que debe de saber un niño de 4 años

¿QUE DEBE SABER UN NIÑO DE 4 AÑOS?
Hace poco, en un foro sobre la educación de los
hijos, leí una entrada de una madre preocupada
porque sus hijos, de cuatro años y año y medio, no
sabían lo suficiente. "¿Qué debe saber un niño de
cuatro años?", preguntaba.
Las respuestas que leí me llamaron mucho la
atención. Una madre indicaba una lista de todas
las cosas que sabía su hijo. Contar hasta 100, los
planetas, escribir su nombre y apellido, y así
sucesivamente. Otras presumían de que sus hijos
sabían muchas más cosas, incluso los de tres
años. Algunas incluían enlaces a páginas con listas
de lo que debe saber un niño a cada edad. Solo
unas pocas decían que cada niño se desarrolla a su
propio ritmo y que no hay que preocuparse.
Pensé que probablemente la respuesta de esas
mujeres a una madre angustiada fuera añadirle
más preocupación. Somos una cultura tan
competitiva que hasta nuestros niños en edad
preescolar se han convertido en trofeos de los que
presumir. Pero atención!!! La infancia no debe ser
una carrera que arroja por resultado niños
ganadores y niños perdedores.
Alicia Bayer, una mujer norteamericana que se
interesa por los temas de infancia y educación,
hace una lista de aquellas cosas importantes que
debe saber un niño/a de 4 años. Me pareció
hermosa y la comparto:
1.Debe saber que lo quieren por completo,
incondicionalmente y en todo momento.
2.Debe saber que está a salvo y además cómo
mantenerse a salvo en lugares públicos, con otra
gente y en distintas situaciones. Debe saber que
tiene que fiarse de su instinto cuando conozca a
alguien y que nunca tiene que hacer algo que no le
parezca apropiado, se lo pida quien se lo pida.
Debe conocer sus derechos y que su familia
siempre lo va a apoyar.
3.Debe saber reír y utilizar su imaginación. Debe
saber que nunca pasa nada por pintar el cielo de
color naranja o dibujar gatos con seis patas.
4.Debe saber lo que le gusta y tener la seguridad
de que se le va a dejar dedicarse a ello. Si no le
apetece nada aprender los números, sus padres
tienen que darse cuenta de que ya los aprenderá,
casi sin querer, y dejar que en cambio se dedique a
las naves espaciales, los dinosaurios, a dibujar o a
jugar en el barro.
5.Debe saber que el mundo es mágico y él
también. Debe saber que es fantástico, listo,
creativo, compasivo y maravilloso. Debe saber que
pasar el día al aire libre haciendo collares de flores,
pasteles de barro y casitas de cuentos de hadas es
tan importante como aprender los números. Mejor
dicho, mucho más.
Pero más importante es lo que deben saber los
padres:
1.Que cada niño aprende a andar, hablar, leer y
hacer cálculos a su propio ritmo, y que eso no
influye en absoluto en cómo de bien ande, hable,
lea o haga cálculos después.
2.Que el factor que más influye en el buen
rendimiento académico y las buenas notas en el
futuro no son los manuales, ni las guarderías
elegantes, ni los juguetes caros, sino que mamá o
papá dediquen un rato cada día o cada noche (o
ambos) a compartir momentos de juego, lectura,
dibujos y risas con sus hijos.
3.Que ser el niño más listo o más estudioso de la
clase nunca ha significado ser el más feliz.
Estamos tan obsesionados por tratar de dar a
nuestros hijos todas las "ventajas" que lo que les
estamos dando son unas vidas tan pluriempleadas
y llenas de tensión como las nuestras. Una de las
mejores cosas que podemos ofrecer a nuestros
hijos es una niñez sencilla y despreocupada.
4.Que nuestros niños merecen vivir rodeados de
libros, naturaleza, utensilios artísticos y, lo más
importante, libertad para explorarlos. La mayoría de
nosotros podríamos deshacernos del 90% de los
juguetes de nuestros hijos y no los echarían de
menos, pero algunos son importantes: juguetes
creativos como los LEGO y los de encastre, una
buena cantidad de témperas y plastilinas, los
instrumentos musicales, los disfraces, y libros y
más libros. Necesitan libertad para explorar con
estas y otras cosas, amasar pan y ponerlo todo
perdido, usar pintura, plastilina y purpurina en la
mesa de la cocina mientras hacemos la cena
aunque lo salpiquen todo, tener un rincón en el
jardín en que puedan arrancar la hierba y hacer un
cajón de barro.
5.Que nuestros hijos necesitan tenernos más.
Hemos aprendido tan bien eso de que necesitamos
cuidar de nosotros mismos que algunos lo usamos
como excusa para que otros cuiden de nuestros
hijos. Claro que todos necesitamos tiempo para un
baño tranquilo, ver a los amigos, un rato para
despejar la cabeza y, de vez en cuando, algo de
vida aparte de los hijos. Pero vivimos en una
época en la que las revistas para padres
recomiendan que tratemos de dedicar 10 minutos
diarios a cada hijo y prever un sábado al mes
dedicado a la familia. ¡Qué horror! Nuestros hijos
necesitan la Nintendo, los ordenadores, las
actividades extraescolares, las clases de ballet,
fultbol e ingles mucho menos de lo que nos
necesitan a NOSOTROS. Necesitan a unos padres
que se sienten a escuchar su relato de lo que han
hecho durante el día, unas madres que se sienten a
hacer manualidades con ellos, padres y madres que
les lean cuentos y hagan tonterías con ellos.
Necesitan que demos paseos con ellos en las
noches de primavera sin importarnos que el
pequeñajo vaya a 150 metros por hora. Tienen
derecho a ayudarnos a hacer la cena aunque
tardemos el doble y trabajemos el doble. Tienen
derecho a saber que para nosotros son una
prioridad y que nos encanta verdaderamente estar
con ellos.
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Mucho para reflexionar como padres, educadores, o
desde el lugar que nos toque en contacto con uno
de los tesoros más preciosos: LA INFANCIA.
Lic. Miriam I Martínez —

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